Descubre cómo los colegios vespertinos de la red educativa San Isidoro, brindan flexibilidad horaria y oportunidades educativas para las personas que trabajan o tienen poco tiempo disponible.

En un mundo cada vez más dinámico y exigente, la educación se ha convertido en una herramienta fundamental para el desarrollo personal y profesional. Para muchas personas, encontrar tiempo para terminar sus estudios puede ser un desafío considerable. Es aquí donde los colegios vespertinos emergen como una solución invaluable.

La Corporación San Isidoro en su compromiso por entregar la mejor educación y sin barreras, cuenta con 4 establecimientos que con su modalidad de educación vespertina de dos cursos en uno, brindan una segunda oportunidad a los adultos, adultos mayores, ciudadanos extranjeros y estudiantes que, por diversas circunstancias, no pudieron continuar con su formación académica o necesitan regularizar sus estudios

A lo largo de los años, los colegios Américo Vespucio de Peñalolén, Vasco de Gama de San Miguel, San Alfonso e Isabel la Católica, ubicados en la comuna de Puente Alto, han perfeccionado sus servicios, ofreciendo una educación de calidad con la flexibilidad requerida para aquellas personas que no pueden acceder a la educación tradicional.

Todos los establecimientos cuentan con programas de acompañamiento y orientación para los estudiantes, así como diversas actividades y talleres, además de una variedad de instalaciones destinadas a promover el desarrollo académico y personal integral de los estudiantes, tales como multicanchas para practicar distintos deportes, bibliotecas y laboratorios de computación.

Cristián Valenzuela, director del Colegio Isabel la Católica, explica: “Hemos procurado ofrecer una educación nocturna atractiva, con diversas actividades como talleres de teatro o deportes, y brindamos distintas posibilidades de integración a los estudiantes, con flexibilidad según sus situaciones, para que puedan regularizar su educación”. Asimismo, destaca la relevancia del servicio que ofrecen los colegios vespertinos, especialmente en comunas con un alto índice de personas que no han terminado sus estudios.

En esta misma línea, Patricio Zárate, Director del Colegio Vasco de Gama, considera que proporcionar este tipo de oportunidades a la comunidad es crucial, siempre y cuando se entregue con un valor agregado que brinde herramientas para el futuro de las personas egresadas. Por esta razón, a mediano y largo plazo, se espera dotar a los estudiantes del establecimiento con un diploma o certificado que les permita enfrentar con mayor solvencia su continuidad en la educación superior o su integración al mundo laboral.

Cada año, más de 600 estudiantes pasan por las aulas de nuestros establecimientos nocturnos, respaldados por nuestros equipos docentes y de profesionales de la educación que acompañan su desarrollo académico y personal.

Carlos Tobar, director de San Alfonso Vespertina, se refiere a lo que significa estudiar en el establecimiento: “En nuestro centro educativo, nos enorgullece ofrecer una educación de calidad que reconoce la singularidad de cada estudiante. Respetamos el ritmo de aprendizaje individual y brindamos oportunidades tanto académicas como de desarrollo personal”. Agrega que esta propuesta educativa ha abandonado el sistema convencional, fortaleciendo sus habilidades en áreas que les apasionen.

En concordancia con esta idea, Héctor Tapia, director del Américo Vespucio Vespertino, explica cómo han trabajado con una metodología activa de educación. “Buscamos entregar experiencias que no se limiten a las salas de clases. Por ejemplo, cuando los estudiantes desarrollan un proyecto o un emprendimiento, potencian sus habilidades, se comprometen con un trabajo en equipo, detectan un problema en su entorno y buscan soluciones a través de los contenidos de las diversas asignaturas”.

Como Corporación Educacional San Isidoro, nos comprometemos con la misión de asegurar que cada estudiante se desarrolle de manera integral para contribuir positivamente a la sociedad. Destacamos la importante labor de los establecimientos vespertinos en la construcción de una sociedad más inclusiva y equitativa, pues no solo ofrecen una oportunidad invaluable para completar los estudios, sino que también contribuyen en el crecimiento personal, brindándoles las herramientas para alcanzar sus metas.