Más de 10.500 atletas de 206 países participan en esta nueva edición de las olimpiadas. Este evento mundial no solo destaca por la competición deportiva, sino también por su profundo impacto educativo y cultural en nuestras comunidades escolares.

En la actualidad, entre el Notre Dame, el Arco del Triunfo y la Torre Eiffel, los Juegos Olímpicos están celebrando su edición número 33 en la ciudad de París (con excepción de la disciplina del surf), un evento a nivel mundial que destaca la competición deportiva de alto rendimiento, así como su profundo valor educativo y cultural. Mientras se desarrolla esta competición, es un momento ideal para reflexionar sobre la rica historia de los Juegos Olímpicos y su impacto en la educación.

Los Juegos Olímpicos tienen sus raíces en la antigua Grecia, específicamente en la ciudad de Olimpia, donde se celebraron por primera vez en el año 776 a.C. Estos juegos eran una serie de competiciones atléticas entre las ciudades-estado de la Antigua Grecia y estaban dedicados a los dioses olímpicos. La tradición olímpica fue revivida en la era moderna gracias a la visión de Pierre de Coubertin, quien fundó el Comité Olímpico Internacional en 1894, y organizó los primeros Juegos Olímpicos modernos en Atenas en 1896.

Como dato interesante, la elección de París como sede de los Juegos Olímpicos número 33 es significativa, ya que la ciudad también fue sede de los Juegos en 1900 y 1924.

Para nuestras comunidades educativas en la Corporación San Isidoro, los Juegos Olímpicos ofrecen valiosas lecciones. A través del estudio de su historia y su desarrollo, los estudiantes pueden explorar temas como la cooperación internacional, la perseverancia, la disciplina y la importancia del deporte en la promoción de una vida saludable. Además, los Juegos Olímpicos pueden servir como una herramienta para enseñar sobre la diversidad cultural y la importancia de la igualdad y el respeto entre las naciones.

Carlos Castillo, Encargado de Convivencia Escolar en el colegio Saint Orland, asegura que “Los Juegos Olímpicos tienen un impacto profundo y positivo en la convivencia escolar y en la promoción de valores dentro de la comunidad educativa. A través de la observación y el análisis de este evento, los estudiantes aprenden la importancia de la disciplina, el respeto y la cooperación”. Agrega que el espíritu olímpico incentiva a los jóvenes a adoptar un estilo de vida más saludable, elemento que considera esencial para el desarrollo integral.

Algunas de las recomendaciones que entrega Carlos para abordar este tema en un ambiente educativo, son las siguientes:

• Investigación Histórica: Organizar proyectos de investigación sobre la historia de los Juegos Olímpicos, de algún deportista chileno que participe o haya participado en la asignatura de Historia.
• Jornadas Deportivas (talleres extraprogramáticos): Inspirar a los estudiantes a participar en actividades deportivas, promoviendo valores como el trabajo en equipo, la disciplina y la resiliencia.
• Proyectos Culturales/Artísticos: Explorar las culturas de los países participantes en los Juegos Olímpicos, realizando pinturas, maquetas o presentaciones sobre sus tradiciones y contribuciones al deporte.

Al igual que ediciones anteriores, los Juegos Olímpicos se han caracterizado por ser más que una simple serie de eventos deportivos, son una celebración de la humanidad y un recordatorio de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos. Al integrar el aprendizaje olímpico en nuestra comunidad educativa, enriquecemos la educación de nuestros estudiantes y fomentamos un espíritu de unidad y respeto que continúa más allá del aula.